Porque queremos justicia para el Jere, el Mono y el Patón, pero también para toda la pibada de los sectores populares. Una pibada que la rema para sobrevivir en los verdaderos barrios privados: privados de educación, salud, laburo estable y vivienda digna. Ahí parece que la única forma de zafar y tener éxito es volverse soldadito de un narco.
Porque después del Triple Crimen, junto a un importante arco de organizaciones sociales y políticas, logramos que se salgan a la luz la relación criminal entre narcos, policía, y sectores del poder político y judicial. Conseguimos que haya 5 procesados en la causa por el asesinato de nuestros compañeros, y queremos que tengan la condena que se merecen. Y vamos por más: peleamos para que se desmonte esta monstuosa red que se alimenta de la vida de los y las jóvenes. El ex comisario Tognoli no es una "manzana podrida"; la policía en su conjunto es parte del problema, no de la solución. El socialismo y el kirchnerismo se trenzan y se acusan mutuamente, pero ambos son responsables. Binner y Bonfatti resignaron el control político de la fuerza y la dejaron hacer negocios a su gusto; sin embargo, el peronismo en todas sus variantes ha gobernado la provincia desde 1983 hasta 2007 (cuando ingresaron y ascendieron los actuales miembros de la cúpula) y es el gobierno nacional el que cuenta con las fuerzas de seguridad para perseguir al narcotráfico: Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, entre otras. Por su lado, los jueces son rápidos para detener perejiles pero muy lentos y torpes para investigar a los verdaderos capos del narcotráfico.
Contra todo esto luchamos porque no hay soberanía si nuestros pibas y pibas están en riesgo. Por eso buscamos un cambio social profundo, por una sociedad en la que todas y todos los jóvenes tengan una vida digna. Porque luchamos con alegría, te invitamos:
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